4. EL REGALO

-Feliz cumpleaños cariño -me ha dicho despertándome con un beso. De sus manos ha surgido un regalo, mi/su perfume preferido.
-Esta noche te preparo un regalo especial, espero que te guste.
No me ha querido decir más, ni yo le he insistido.
El día transcurre entre llamadas de teléfono de familiares y amigos, una comida con nuestros padres y hermanos y una tarde de relax en el sofá.
Llega la noche, y suena el timbre. Sade se apresura a abrir. Es Maika, su amiga y compañera del trabajo.
-Le he invitado a cenar, le dije que era tu cumpleaños y aceptó encantada.
La tremenda Maika, la de veces que habré fantaseado con ella, como está de buena.
Me he sentado junto a Sade y Maika se ha situado justo enfrente, lo he comprendido desde el primer plato, ella ha puesto un pie sobre los míos, ha metido sus dedos por el bajo de mi pantalón.
Ya estoy empalmado, y así transcurre toda la cena.
Sade va a preparar el café y le pide a Maika que le acompañe.
Transcurre demasiado tiempo y acudo a la cocina. No están en ella, pero las escucho un poco más allá, en nuestro dormitorio.
Ambas están desnudas sobre la cama besándose. Sade me ve asomar por la puerta y me dice con su mano que espere, que observe.
También soy un mirón, no lo dudo y las miro rozar sus cuerpos, lamerse sus pechos y cruzar sus piernas en unas tijeras perfectas.
Las he escuchado gemir y yo me he desnudado y estoy con mi polla erguida acariciándome cada vez más excitado.
Se paran, me miran ambas divertidas y me llaman… me uno al juego. Sus dos lenguas lamiendo mi polla, yo con ambos coños lamiéndolos como poseso. Me corro en la boca de Sade y luego toma mi polla Maika y absorbe intentado beber de mi.
Se incorpora y abre su coño para mi. Juego sobre ella mientras Sade lame sus pechos. Me vuelvo a correr y saco mi polla para que ahora pueda beber de mi.
Le encanta y sigue lamiéndome hasta que estoy otra vez a punto.
Tomo el culito de Sade y lo lamo mientras noto que se abre, poco a poco, la penetro mientras Maika le lame el clítoris… me corro por tercera vez y acaba Maika lamiendo el culo de Sade y yo tocando los pechos de ambas.
Acabamos dormidos rendidos.
Al despertar es hora, ahora sí, de preparar el café pendiente.

Alex